El filodendro es una elección popular entre los amantes de las plantas de interior, debido a la belleza de sus hojas y a su fácil mantenimiento. El filodendro es una gran adición a cualquier hogar. En esta guía veremos con más detalle cómo cuidar tu filodendro, incluidos sus requisitos de luz y riego, así como las plagas o enfermedades que pueda padecer.
Requisitos de luz
En lo que respecta a los requisitos de luz, el filodendro es relativamente fácil de complacer. Florece con luz solar brillante e indirecta. Demasiada luz solar directa puede agostar las hojas y desteñir sus colores. Si tu filodendro no recibe suficiente luz, puede que notes que las hojas empiezan a caer. Si esto ocurre, simplemente trasládalo a un lugar con más luz.
Riego
El filodendro requiere un riego constante, ya que sus raíces nunca deben secarse por completo. Deja que la capa superior de tierra se seque ligeramente entre riegos, asegurándote de regar generosamente cuando sea necesario. El riego excesivo puede provocar la pudrición de las raíces y otros problemas, así que asegúrate de vigilar el nivel de humedad de la tierra.
Fertilización
El filodendro no necesita mucho abono, pero debe fertilizarse cada seis meses o un año para fomentar un crecimiento sano. Utiliza un abono líquido equilibrado y asegúrate de seguir las instrucciones de la etiqueta para saber la cantidad correcta que debes usar.
Pestes y enfermedades
El filodendro es relativamente resistente a las plagas y enfermedades, pero aún así puede ser víctima de arañas rojas, pulgones y cochinillas. Comprueba regularmente el envés de las hojas en busca de plagas y trátalas con un pulverizador de aceite de neem u hortícola en cuanto las detectes. Demasiado abono puede provocar enfermedades fúngicas, así que asegúrate de utilizar sólo una pequeña cantidad de abono cuando sea necesario.
Poda y trasplante
La poda regular ayudará a tu filodendro a tener el mejor aspecto posible y fomentará un crecimiento sano. Recorta las hojas muertas o dañadas con tijeras afiladas o podadoras. También puedes podar los tallos más largos para estimular el crecimiento de las hojas.
En cuanto al trasplante, el filodendro sólo necesita ser trasplantado cada dos o tres años, o cuando se le haya quedado pequeño su contenedor actual. Trasplántala en primavera con una mezcla para macetas que drene bien.
Propagación del filodendro
Se puede multiplicar multiplica por esqueje, implantando los trozos de tallo en tierra arenosa, a la sombra y mejor debajo de una campana de plástico; también resulta fácil multiplicarlos cortando la «cabeza» de la planta, cuando la parte inferior del tallo aparece sin hojas, y plantándola en tierra arenosa; o también se multiplican con celeridad mediante hidrocultivo.
El filodendro es una gran opción para quien busque una planta de interior fácil de cuidar. Sus hermosas hojas y su resistencia a plagas y enfermedades lo convierten en una opción ideal tanto para principiantes como para jardineros experimentados. Si sigues las indicaciones anteriores sobre luz, riego, abono, poda y trasplante, podrás mantener tu filodendro en perfectas condiciones.
